El GEM clasifica los sectores de actividad económica
en las siguientes cuatro categorías : (1) Sector extractivo, que abarca la extracción de recursos naturales e incluye a las actividades de agricultura, ganadería, pesca
y minería; (2) Sector de transformación, que abarca las
actividades de transformación física y de transporte de
bienes y personas e incluye las actividades de construcción. manufactura, transporte y distribución mayorista; (3)
Sector de servicios a empresas, comprendiendo las actividades de servicios financieros, seguros, inmobiliarios y
otros servicios donde el cliente es otro negocio; (4) Sector
de servicios al consumidor final, comprendiendo ventas
al por menor, restaurantes, bares, servicios personales
hoteles, hostelería y otros servicios donde el cliente es
una persona.
En Bolivia, el sector económico preponderante donde los
emprendedores de etapa inicial ejecutan sus actividades
es el sector de los servicios al consumidor (más de 60%
de ellos). Esto implica en primer lugar una actividad de
servicio antes que de producción propiamente y en segundo lugar servicios al consumidor antes que servicios
a empresas, lo que en forma conjunta refleja emprendedores con enfoque de servicio al consumidor Anal domástico y por tanto preponderancia hacia productor de no
transables antes que productor de transables. La buena
noticia es que entre 2008 y 2010 el énfasis de servicios
al consumidor disminuyó en poco más de 6 puntos (de
67.3% a 61.2%), lo que sin duda contribuyó en aumentar en 9.4 puntos (de 16.5% a 25.9%) la participación de
los emprendedores de etapa inicial en actividades más
productivas propiamente y correspondientes al sector de
transformación (Figura 4-1).
El comportamiento de los propietarios establecidos es
muy similar (Figura 4-2), inicialmente altamente concentrados en servicios al consumidor pero disminuyendo
significativamente en 12.7 puntos entre 2008 a 2010, y
paralelamente aumentado su presencia también significativamente en 10.5 puntos en el sector de transformación. En este último caso llama la atención la flexibilidad
(elasticidad) del cambio de actividad por parte de propietarios de negocios ya establecidos, posiblemente porque
es relativamente factible pasar de servicios al consumidor hacia el tipo de actividades de transformación que se
realiza en Bolivia, sin olvidar el contexto económico muy
favorable determinado por el boom de la segunda mitad
de los 2000.
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